Entre noviembre de 1942 y marzo de 1943 tuvieron lugar, entre los ríos Don y Donetsk, una serie de batallas y enfrentamientos de gran intensidad, no solo por la cantidad de fuerzas implicadas, sino por lo que estaba en juego: la completa destrucción de todos los ejércitos alemanes en el sur de Rusia. A mediados de noviembre de 1942, las tropas rusas atraparon en Stalingrado al grueso del 6.º Armee, el ejército más potente y moderno del que disponía la Wehrmacht entonces; durante los siguientes meses Berlín y Moscú lanzaron al combate todos los recursos disponibles, unos para liberar a los 300.000 hombres cercados, los otros para acabar no solo con la Bolsa de Stalingrado, sino con el Grupo de Ejércitos A en el Cáucaso. Durante el crudo invierno de 1942-43 miles de soldados rusos, alemanes, rumanos, húngaros e italianos lucharon y murieron en la helada estepa de la Cuenca del Don.