En la Sacristía Mayor de la catedral de Sevilla se conserva una obra tan extraordinaria como desconocida. Su arco de ingreso, ejecutado entre 1533 y 1535, contiene sesenta y ocho platos con alimentos cuidadosamente esculpidos en piedra, reflejo de la realidad gastronómica del momento
y de un rico universo simbólico.
El libro que tienen en sus manos se plantea como una exploración que, partiendo de esta gran urbe del Renacimiento, nos permite emprender un largo viaje a través del arte y la ciencia, la alimentación y la cocina, la cultura y la espiritualidad de toda una época.