Desde 1973 no se había publicado una visión tan amplia como lapresente sobre una de las batallas más destacadas de nuestra GuerraCivil, la de Belchite. Y nunca un estudio sobre dicho enfrentamientohabía empleado fuentes tan variadas, en especial las memoriasredactadas por muchos de los voluntarios internacionales que en élparticiparon. Porque en la batalla de Belchite, una ambiciosa ofensiva republicana sobre Zaragoza desarrollada a finales de agosto de 1937,convertida en un conjunto de ataques y contraataques en territorioaragonés, lucharon soldados de numerosas nacionalidades: españoles,italianos, alemanes e incluso algún ruso en el bando nacional; y desde españoles a yugoslavos, pasando por soviéticos, rumanos, alemanes,checoslovacos, búlgaros, polacos, austriacos, británicos, mexicanos,canadienses o estadounidenses en el republicano. De hecho, dos de losgenerales republicanos que tuvieron mando directo en esta batalla(Walter y Kleber) no eran españoles, sino agentes enviados desdeMoscú. En definitiva, se trató de una batalla de enormes dimensiones en la que se llegó a emplear un armamento y unas táct