Sometidos a las premisas de espacio y tiempo, los seres humanos caminamos en la sensación de la caducidad. Nada es perdurable en la vida, por ello, la memoria se convierte en un tesoro para el alma. Transcurre nuestra existencia en un tránsito por espacios, por etapas, por diferentes sendas en un aprendizaje continuo.
Poemario del deambular es un conjunto de noventa y seis composiciones, estructuradas en seis apartados. Tal disposición le permite a la autora, bajo la consciencia de la finitud del tiempo y del espacio, ámbito por donde vaga la materia, transitar por caminos de reconocimiento amoroso a los suyos, a la Naturaleza, de relación con el entorno, de introspección sobre sí misma. Todo ello, desde miradas divergentes de sosiego o desasosiego; de percepción y de memoria.