Kinch Na Shannack le debe una pequeña fortuna al Gremio de los Ladrones, que lo educó en las artes del latrocinio; educación que, entre otras cosas, incluye violar cerraduras, luchar con cuchillos, escalar paredes, caer sin hacerse daño, urdir mentiras, tender trampas y un puñado de conjuros bastante discretos. Su deuda lo ha llevado a esconderse en el bosque junto a la antigua carretera, acechando y listo para asaltar al primer incauto que se cruce en su camino.
Hoy, sin embargo, Kinch Na Shannack ha elegido a la víctima equivocada.
Galva, una caballera superviviente de las encarnizadas guerras contra los goblins y leal seguidora de la diosa de la muerte, está buscando a su reina, desaparecida desde que una lejana ciudad del norte sucumbiera a los ataques de los gigantes.
Una vez frustrado su intento de robo y afortunado por haber escapado con vida, Kinch descubre que su destino está ligado al de Galva. Sus enemigos en común y una hueste de amenazas bastante insólitas que los dos enfrentan, empujan al ladrón y a la caballera a embarcarse en un periplo de épicas dimensiones. Deberán luchar contra goblins hambrientos de carne humana y krakens al acecho en las siniestras profundidades. En este mundo, como comprobarán en el transcurso de sus aventuras, el honor es un lujo que no está al alcance de todos.