El 16 de julio de 1861, el mayor ejército jamás reunido en el continente norteamericano hasta esa fecha marchó desde las proximidades de Washington DC hacia Manassas Junction, a 48 kilómetros al sudoeste. Mandada por el recién ascendido general de Brigada Irvin McDowell, la fuerza de la Unión consistía en milicia parcialmente entrenada con alistamientos por noventa días (voluntarios casi sin entrenar) y tres batallones recién organizados de regulares. Muchos soldados, desacostumbrados a la disciplina militar o a las marchas, dejaban las filas para obtener agua, recoger moras o simplemente descansar según progresaba la marcha. Cerca de Manassas, junto a un serpenteante arroyo conocido como Bull Run, esperaba el igualmente desentrenado Ejército Confederado mandado por el general de Brigada Pierre G. T. Beauregard. A este ejército pronto se le uniría otra fuerza confederada mandada por el general Joseph E. Johnston. Después de un choque menor el 18 de julio, McDowell lanzó la primera gran batalla terrestre de la Guerra de Secesión al intentar doblar el flanco izquierdo confederado el 21 de julio. Una serie de a