La noche ha sido un espacio de libertad y libertinaje, despensa de creatividad, donde no existían las agendas ni las prisas. Hasta hace poco constituía también el vivero de parejas, las formales y las otras. La devoción por la salud y el deporte, el auge de las redes para crear relaciones sentimentales y sexuales, la ha cambiado radicalmente. Joaquín Luna, columnista y corresponsal de amplia trayectoria, ?decano de los periodistas divorciados de Catalunya?, esboza con humor y experiencia personal una crónica de la vida nocturna, en Barcelona y en distintas capitales del mundo, desde los años ochenta hasta hoy. La noche es una obra colectiva, dice el autor, en la que todos hemos aportado nuestro grano de arena. Luna la describe en toda su variedad, con sus anécdotas, su magia y también sus historias inconfesables. ?Todos los tipos que admiraba por su talento y obra mantenían una gran actividad nocturna y no se acostaban pronto ni a tiros. Esa impresión me llevó muy pronto a desconfi ar de la mala prensa de la noche y de las supuestas virtudes del hombre diurno, dominado por los horarios, las rigid