El 9 de agosto de 1945, justo cuando caía la segunda bomba atómica sobre Nagasaki, la Unión Soviética atacó a Japón en la denominada "Operación Tormenta de Agosto". La campaña relámpago desarrollada en el continente asiático no sólo implicó la invasión de los dominios nipones en Manchuria y el norte de China, sino también sus posesiones insulares de las Islas Kuriles y Sajalín, uno de los episodios más desconocidos de la Segunda Guerra Mundial. La Isla de Sajalín, dividida por el paralelo 50º entre la URSS y el Imperio Japonés desde la Guerra Ruso-Japonesa de 1905, fue atacada con divisiones de fusileros y fuerzas acorazadas de carros T-34 desde la supuestamente inexpugnable frontera fortificada de la "Línea Haramitog".