El arte ha tenido uno de sus caladeros principales en el poder y el dinero. A menudo, ha servido para confirmar la posición privilegiada de un individuo o de una familia, como recordatorio de sus hazañas o como distintivo de su estatus social. En otras ocasiones, ha contribuido a confeccionar un presente de gloria, pagando por un retrato a semejanza de los reyes o reuniendo una colección para asombro de los contemporáneos. Porque en el ceremonial de la riqueza se ha contemplado el arte como una de las formas más refinadas de propaganda, Arte, dinero y poder aspira a rastrear las grandes fortunas históricas de España a través de las obras que representaron a sus titulares o que, dado el caso, reunieron a lo largo de su existencia. Estas piezas vienen a ratificar una situación de supremacía o, por el contrario, revelan aquello que se quiere ocultar y se calla. En esta obra encontrarás a guerreros, conquistadores, aristócratas, políticos, banqueros y empresarios. Juntos forman una familia singular, un apostolado estridente, casi una novela de existencias dispuestas como un bosque de gente que vivió, que ganó