«Uno de los libros más hermosos, inquietantes y profundos que se han publicado durante las últimas décadas en lengua castellana.»
Fernando Savater El diccionario de María Moliner define «pecio» como «resto de una nave naufragada o de lo que iba en ella». Al llamar así a sus apuntes breves, Rafael Sánchez Ferlosio parece sugerir que, lejos de aspirar a la «sentenciosa lapidariedad» de los aforismos, estos textos testimonian más bien los naufragios de una voluntad que -por inconstancia, pereza, impotencia, o simplemente por una recalcitrante desconfianza hacia «la estúpida arrogancia del convencimiento»- ha desistido del esfuerzo superior de perseguir un razonamiento hasta sus últimas consecuencias, conformándose con su sola silueta, su simple amago o fragmento.Los pecios no obedecen a una fórmula homogénea: mezclan reflexiones, esbozos ensayísticos, recuerdos, comentarios, epigramas, donaires, apólogos, poemas... Ingrávidos por naturaleza, permiten adentrarse sin dificultad en las principales obsesiones de Ferlosio, desplegándose en una panoplia de registros que va del humor al lirismo, de la indignación a la ironía, de lo concluyente a lo especulativo.Reseñas:
«Entre los autores de mi generación o de las anteriores, sólo me interesa Ferlosio, que es el mejor escritor español.»
Juan Benet «Si se me pidiese un nombre, uno solo, entre los surgidos en la literatura española de posguerra, con categoría suficiente para afrontar la inmortalidad literaria, yo daría, sin vacilar, el de Rafael Sánchez Ferlosio.»
Miguel Delibes«El más inmediato reproche que al lector impaciente se le viene a las mientes ante la mayoría de los artículos y ensayos de Rafael Sánchez Ferlosio es el de la prolijidad... Pero en ocasiones Ferlosio también sabe ser voluntaria y hasta voluntariosamente breve. Son estos comprimidos de su maestría -que él suele llamar 'pecios'- lo que algunos de sus lectores impacientes pero devotos preferimos de él.»
Fernando Savater«Los pecios de Ferlosio son... ferlosianos. Están escritos como si partiera de cero, del vacío... No sé si alguna vez fueran restos del naufragio, pero ya tienen categoría de género en sí mismos.»
Gonzalo Hidalgo Bayal