El 7 de mayo de 2012, Rodrigo Rato anunció su dimisión como presidente de BFA y de Bankia para dar paso a José Ignacio Goirigolzarri, banquero de prestigio.
Ese mismo día había amanecido con varias noticias en medios de comunicación apuntando a la inminente inyección de dinero público en la entidad.
Pero poco se aclaraba sobre si eso era el resultado de la ejecución del denominado «Plan Rato», en el que se llevaba trabajando los últimos meses —con una estructura de préstamo— o si, por el contrario, era el preludio de un cambio radical en la cúpula directiva.
España estaba en el foco de las autoridades internacionales, tanto FMI como Comisión Europea y BCE, por los problemas del sector financiero. Dentro del mismo, todas las miradas se dirigían a Bankia por su tamaño.
El gobierno rechazó el modelo de Rato por insuficiente. El nuevo equipo determinó en dos semanas las verdaderas necesidades del banco, un ejercicio ratificado por el análisis posterior de los organismos europeos, que determinaron el montante final a destinar a BFA-Bankia.
Pero ¿cómo se llegó a esta situación? Juan Emilio Maíllo Belda, director de Comunicación Externa de Bankia, desgrana todas las claves para entender lo sucedido. En su etapa, vivió en primera persona el cambio en la cúpula del banco, su proceso de saneamiento y el resurgimiento del banco en términos financieros y reputacionales, así como los avances en la recuperación por parte del Estado de las ayudas destinadas a Bankia.
Este libro relata desde la experiencia la forma en que la entidad gestionó la salida de seis mil empleados, el cierre de mil oficinas, la denuncia de las tarjetas black y otros casos judiciales, la devolución de lo invertido en preferentes, el proceso de venta de un club de fútbol como el Valencia y la reciente integración de Bankia en CaixaBank.