“Esa etapa que se ha titulado la era Laso ha sido un memorable recorrido de 11 años compartido con muchos jugadores y compañeros. Una manera de entender el baloncesto y la vida. Un compromiso de convivencia y competitividad en pos de una idea, unos valores y unos objetivos. Eso que han denominado el Lasismo es algo que va mucho más allá de ganar o perder. Ahora soy entrenador y los entrenadores no meten canastas. Por eso el Lasismo es Llull, el Chacho, Carroll, Rudy, Felipe, Nocioni, Doncic, Campazzo, Tavares… todos. A todos mis jugadores les he visto crecer, casarse, ser padres… celebrar y sufrir con el equipo… hacer historia, y, sobre todo, quedar en el recuerdo de los aficionados al baloncesto y al deporte, para siempre. Eso tiene mucha más importancia que ganar. Esa es la gran victoria. Y así se escribió”.