Este libro pretende poner de manifiesto el importante trabajo que un grupo de filólogos, encabezado por Ramón Menéndez Pidal, hizo para convertir el español en una de las lenguas más relevantes del mundo en lo que a su difusión se refiere, así como en el mejor vehículo para hacer llegar más allá de nuestras fronteras la riqueza cultural, histórica, paisajística y literaria de España. Fueron ellos los que fundaron en 1912 los primeros cursos de verano para extranjeros, que llenaron las salas de la Residencia de Estudiantes de jóvenes de diferentes países, y que inspiraron a numerosas universidades a crear los suyos propios, convirtiendo la llegada de estudiantes extranjeros en un recurso importante tanto para sí mismas como para las ciudades que las acogen y ofreciendo un modelo a imitar para las escuelas privadas de idiomas, que de junio a agosto, y a lo largo de todo el año, se llenan de extranjeros deseosos de conocer mejor el español, convivir con sus habitantes y visitar sus ciudades, monumentos y museos. Un trabajo que, desde que fuera iniciado y promovido por aquellos filólogos del Centro de Estudios Históricos, ha dado extraordinarios frutos y contribuido significativamente a situar al español como la tercera lengua más relevante del mundo, solo por detrás del chino y del inglés.