A los 50 años de su fallecimiento, Pablo Picasso (1881-1973) continúa siendo un referente, un sinónimo de Arte. Eugenio d´Ors finalizaba su ensayo sobre Goya con estas palabras: «Cualquier asunto parece claro, hasta el día en que se le concede un poco de estudio». Probablemente sea lo que aquí sucede cuando profundizamos en estas páginas para oír hablar al artista en primera persona a través de sus propios amigos, de los galeristas, de los críticos de arte, de los periodistas de turno que jamás saciaron su necesidad de conocer más a fondo el polifacético universo de este hombre que abarcó y estremeció toda la cultura del siglo XX.
Por vez primera se recoge en la amplia bibliografía picassiana el mayor número de entrevistas y conversaciones editadas hasta la fecha (ciento treinta), la mayoría desconocidas en España. Y Picasso está presente en todas, incluso en sus silencios. Aquí habla el Picasso artista, pero además el ser humano: el familiar, el de su mundo privado, el comprometido con las causas... Ya lo sentenció en 1945: el artista «es al mismo tiempo un ser político, en constante alerta ante los acontecimientos del mundo, ya sean desgarradores, urgentes o agradables, moldeándose por completo a su imagen».
A través de la palabra impresa, pero también del timbre de su voz grabada, tenemos ahora la sensación de abarcar más a este personaje, al menos de conocer rasgos inéditos de su vida y de acercarnos mejor a las claves, siempre controvertidas, de una ingente producción que todavía nos asombra, nos sobrecoge y perdura.