En el este mundo actual, todos llevamos en el torrente sanguíneo un tóxico surtido de decenas de productos químicos industriales. Estos no solo perjudican la salud de adultos y niños, sino que también -y esto resulta aún más preocupante- dañan el desarrollo de los bebés en gestación. Se ha descubierto que el líquido amniótico de las mujeres embarazadas contiene una variedad de químicos, como pesticidas, plastificantes, desinfectantes, retardantes de llama, surfactantes y filtros UV, muchos de los cuales interfieren en la fisiología fetal.Este libro es un mensaje de advertencia y una llamada a la acción. Una sola glándula de nuestro cuerpo, la tiroides, produce la hormona tiroidea, vital para el desarrollo del cerebro, pero muchos químicos a los que estamos expuestos son disruptores de esta glándula. A medida que aumenta inexorablemente la cantidad de químicos ambientales a los que estamos expuestos (nosotros y, en particular, los fetos en desarrollo y niños pequeños), vamos siendo testigos de un aumento sin precedentes de los trastornos del neurodesarrollo, como el autismo, el TDAH, la dislexia y la pérdida de coeficiente intelectual.