No fue penal es una obra narrativa que, a través de un par de monólogos, cuenta la historia de dos exfutbolistas: el Tanque y Valeriano Fuentes. Su amistad inició durante la infancia dentro de la cancha, y fue ahí mismo donde años más tarde un instante fatídico los separó: en el mejor momento de su carrera, Valeriano se fracturó una pierna al chocar accidentalmente contra su amigo y el destino dio un vuelco para ambos. Después de muchos años, el futbol los reúne de nuevo en un partido donde el Tanque dirige desde el área técnica a un equipo venido a menos que se juega su descenso en la liga. Tienen que lograr el empate, pero todo está en su contra: la concentración de los jugadores, la porra del rival, el ojo de los árbitros. Pero es Valeriano Fuentes quien parece tener la última palabra: dentro de la cabina del VAR, él es el juez que decidirá si las faltas marcadas se convertirán en un penal que salve o termine de hundir al equipo del Tanque.