Este segundo poemario de Adrián Fauro supone la consolidación de una de las voces más frescas y divertidas del panorama contemporáneo. El autor se sirve de la nieve como epicentro de un aluvión de parpadeos, resonancias y referencias a la cultura musical que, pese a presentarse con apariencia desordenada, descubren una intimidad coherente, sencilla y sumamente entretenida. De la playa de Alicante al invierno Madrid, del gato de Lisa Simpson a un gato de carne y hueso, de una pokédex robada a una nevada de 1926, de odiar leer en público a desear la nube Kinton... Este libro traza recorridos transversales donde el factor común es la ternura. He aquí un alegato a favor del eclecticismo de quienes aman y en contra de la prepotencia en la poesía.