La cultura escrita de la España moderna no puede entenderse cabalmente si no se tienen en cuenta la represión cultural y el control ideológico que ejerció la Inquisición mediante la censura de libros. Esta monografía ofrece un estudio panorámico de la censura inquisitorial en el siglo XVII, un capítulo poco explorado de la historia del fenómeno censorio. En ese periodo se sometió a revisión el reparto del poder represivo, se afinaron los procedimientos y herramientas de la censura y se diversificaron los objetivos del control de la producción escrita.
Este estudio indaga en el "laboratorio" del censor con el objetivo de responder a diferentes interrogantes: ¿quiénes eran las personas que ejercían la censura y cuáles eran sus instrumentos y modalidades de actuación?, ¿cómo evolucionó su manera de concebir los objetivos y herramientas del control de la palabra escrita?, ¿sobre qué problemáticas descansaba la praxis inquisitorial y a qué dificultades hacían frente los censores?, ¿cuáles eran los contenidos prohibidos y los criterios de corrección que guiaban la valoración de los libros? Para responder a estas cuestiones, este libro examina los actores, mecanismos y razones de la censura, las diferentes facetas de la actividad represiva (jurídica, policial, administrativa y doctrinal), así como los libros y autores afectados por el control inquisitorial de la actividad intelectual y literaria.