Una opinión generalizada es que, tras la derrota de Midway, la fuerza de portaaviones de la Armada Imperial Japonesa dejó de ser un peligro para la Armada Norteamericana. Sin embargo, la realidad fue diferente. Pocas semanas después de Midway, durante los enfrentamientos aeronavales de la Campaña de Guadalcanal, los japoneses hicieron frente a las fuerzas operativas norteamericanas. Hablamos de las batallas de las Salomón Orientales y de Santa Cruz. En esta última, se infringe una clara derrota a los estadounidenses. El precio a pagar es muy alto, destacando las pérdidas en el recurso más escaso de los japoneses: las magníficamente entrenadas y experimentadas tripulaciones aéreas. Estos combates sí que marcaron el final de la capacidad de ataque de la flota de portaavionesjaponesa.