Un entorno contextual incierto y turbulento influye en la estructura de la cultura ética de las empresas, ya que las perturbaciones externas, que rebasan la gobernanza y el control de las mismas son catalizadores que pueden facilitar reacciones a la racionalidad ética de una organización y, por ende, a su dinámica y posicionamiento estratégico. La planificación de escenarios se ha aplicado de forma recurrente, considerándose útil para hacer frente a las incertidumbres externas y anticipar el impacto del cambio como un fenómeno socioecológico y no restringido únicamente a partes aisladas de un sistema. En este sentido, la planificación de escenarios puede guiar a las organizaciones a la hora de replantear la cultura ética mediante la exploración de escenarios futuros alternativos y plausibles, y mediante el mapeo de las relaciones e interdependencias que constituyen un sistema ético.
Para abordar esta afirmación, en esta obra se llevan a cabo tres fases de indagación. La primera, ¿cómo puede la planificación de escenarios ayudar a evaluar la cultura ética de organizaciones?; la segunda indagación, ¿cómo podría utilizarse la planificación de escenarios como herramienta complementaria para diagnosticar las macrodisrupciones que pueden afectar a la cultura ética de una organización? y, la tercera indagación, ¿cómo las organizaciones pueden visualizar el cambio sistémico y la adaptación de la cultura ética?