La soledad no deseada se ha convertido en un asunto fundamental de la agenda social pública.
La soledad como sentimiento o experiencia no es algo problemático, puesto que es una emoción habitual entre los seres humanos que, como el resto de las emociones, puede tener una función adaptativa, como la de recordarnos nuestra necesidad de afiliación, de estar con otras personas y los beneficios de buscar y recibir apoyo. Sin embargo, las experiencias de soledad pueden ser vividas por muchas personas como algo realmente doloroso que interfiere con su bienestar y calidad de vida.
Si bien se ha producido un crecimiento exponencial en el número de publicaciones científicas e informes públicos, hasta la fecha no se ha publicado ningún libro académico en español que, como el que tiene en sus manos, recoja los aspectos básicos descriptivos y explicativos sobre este fenómeno.