El curanderismo mágico goza de buena salud en nuestras ciudades y respecto de la adivinación se puede .predecir su buen futuro. La supuesta mayor educación de la gente y el desarrollo tecnológico no parecen excusar la superstición. Por el contrario, más bien parece que la educación no está exenta del conocimiento esotérico y que la técnica sea cómplice de la magia. El presente libro da cuenta de estas cosas. En la primera parte se revelan las razones de ser de curanderismos sin sentido práctico efectivo, y se desvela el montaje de los adivinos para hacer pasar lo obvio por evidencia. En la segunda parte se ofrece una explicación psicológica de estos fenómenos. La tercera parte remite a ciertos contextos que envuelven las creencias en lo increíble, como puedan ser la cinemática religiosa y el esquema demónico. Aquí se verá, también, que el principal peligro de la superstición es que se entreteja con los poderes públicos. Como es de suponer que la superstición sobrevivirá a este libro, su última parte reconoce la nueva era, en la que todo es nuevo, pero nada distinto.