Ser padre, ser madre, ser hijo no son simples leyes de vida biológica. Ser padre, ser madre, ser hijo es construir en plenitud una maquina compleja de deseos donde cada uno es en su función y también en las otras.
Pensar la vida humana desde el campo del deseo es la posibilidad que inaugura, en la historia del conocimiento, la teoría del inconsciente.
Es anudar alguno de los hilos sueltos en el recorrido que realiza un recién nacido hacia lo humano.