Joan Maragall i Gorina, el hombre que, por su sensibilidad personal y por las influencias que supo asimilar, acertó a dar un tono de universalidad al movimiento de restauración de la literatura y de la cultura catalanas, nació en Barcelona el 10 de octubre de 1860. (...)Joan Maragall creía que existía un pensamiento poético y un pensamiento especulativo -un pensamiento pensado, lo llamaba él-, y que el primero era mucho más profundo, mucho más revelador, que el segundo. Ahora bien, este pensamiento poético es dado gratuitamente al poeta por obra y gracia de la paraula viva (la palabra viva) (...). Deduce Maragal que el hombre es el esfuerzo supremo de la Naturaleza, la palabra lo es del hombre, por cuanto lleva o comporta en sí la idea.