El afán de claridad, lema cartesiano de las «ideas claras y distintas», sigue vigente en la actualidad. La larga tradición racionalista ha dado lugar a los logros de la matemática y la física; pero es más que dudoso que la lógica y las matemáticas den cuenta adecuadamente del universo social y afectivo que es un aspecto fundamental de la realidad humana.
OLERON, siguiendo la línea de VIGOTSKY y WALLON, se ha opuesto siempre a esta concepción reduccionista de la inteligencia y, con él, toda una línea de pensamiento que va tomando auge. Por ello, el autor y sus colaboradores han aunado sus esfuerzos en esta obra para hablarnos de la génesis y el desarrollo de los saberes y el saber hacer psicológicos infantiles, de cómo el niño llega a conocer a los demás, a sí mismo ya los propios procesos psicológicos, que son los núcleos más significativos de esta obra. Una idea preside estos estudios: la inteligencia es y ha de ser asistida, es decir, no es independiente del medio cultural, afectivo y personal en que se desenvuelve la vida real del niño. Se da una evolución que va del mero «saber hacer» (inteligencia «práctica», «social») al «saber» ; se avanza por fín a una metacognición. Estamos ante un trabajo muy valioso que nos brinda amplia información sobre un tema de gran actualidad. Las vías que ofrece son transitables y conducen a unos horizontes nuevos y sugerentes. Vale la pena sumergirse en su estudio; es una lectura estimulante.
Joaquín Mª Aragó Mitjans del Prólogo a la edición española.