La lírica española moderna, desde el último tsercio del siglo XIX, tiene un referente imprescindible y esencial, la poesía de Gustavo Adolfo Bécquer, considerado tradicionalmente en los manuales de literatura como un romántico rezagado o un epígono del romanticismo español. Sin embargo, Bécquer es mucho más que eso para la poesía española, puesto que no es sólo el epígono de un movimiento literario, sino además y sobre todo, un punto de partida, la apertura hacia una nueva concepción de la poesía, y un germen vitalizador y fecundo. Por tanto, para comprender lo que las Rimas suponen en la evolución de la lírica española, hay que comenzar, al menos, por considerar a su autor no como romántico rezagado, sino como romántico défroqué (que colgó los hábitos), como se llamó a Heine después de la publicación de Alta Troll. Pues, aunque ciertas características románticas están muy presentes en su obra (más en la narrativa que en la lírica), lo que en ella prima es la impronta de una moderna concepción de la poesía, de un estilo nuevo, que queda muy lejos de aquel pletórico de exclamaciones, hipérboles, suspensiones, exaltación de ciertos temas...