Gila recrea en este libro el mundo de sus guerras, unas guerras de adultos que se comportan como niños. En esta obra, el autor, también presenta chistes con personajes campestres, inocentes criaturas, a veces con bromas bestiales, que jamás generan odio u horror. En el mundo de Gila jamás hay maldad ni aversión. Hay un mundo blanco, inocente, cándido, tierno, que hace desear al lector ser amigo de cualquiera de sus personajes. El mundo de Gila es un mundo de verdad y risa.