En el presente libro, el psiquiatra Andrew P. Morrison argumenta que la vergüenza es una constante de nuestra cultura. Desde las primeras referencias de los relatos bíblicos hasta las obras de filósofos como Nietzsche y Sartre o novelistas contemporáneos como Philip Roth y Toni Morrison, la experiencia de la vergüenza emerge como un aspecto permanente de la experiencia humana. No obstante, hasta hace poco, la psicología profesional no reconocía su papel, basándose, por el contrario, en la culpa. De hecho, nuestra cultura contemporánea, tan centrada en la independencia y la responsabilidad personales, aún tiende a considerar que la vergüenza marca a los individuos como seres inferiores o, en su defecto, demasiado introvertidos. La vergüenza, sin embargo, un sentimiento que el doctor Morrison define como una carencia intrínseca de autoestima, es algo más, e incluye toda una serie de problemas psicológicos que, ya desde la infancia, adoptan las formas más complejas y hacen surgir una amplia serie de desórdenes que incluyen la depresión, la adicción y los desórdenes en la alimentación y el sexo, así como otros problemas emocionales vinculados a los traumas, al género, a la raza, a la enfermedad, a la vejez y a la infertilidad. Todo ello se manifiesta a través de la alienación, la falta de motivación y la sensación de que nada tiene sentido, por lo que hay que hacer caer muchas máscaras para dejar al descubierto ese sentimiento capaz de paralizarnos tanto individual como colectivamente. Pues bien, eso es lo que hace este libro, por medio de ejemplos de gran fuerza expresiva: no sólo explica el lenguaje de la vergüenza y sus dolorosas consecuencias, sino que también ilumina su impacto en las vidas de los individuos y la forma en que puede superarse, algo que lo convierte definitivamente en un trabajo serio y exhaustivo, una minuciosa indagación sobre la naturaleza humana.