No cabe duda de que la poesía de Alberto Caeiro (1889-1915) marca la línea que subyace a toda la obra pessoana. Caeiro, reconocido como el Maestro por todos "los del grupo", nace como el poeta de la espontaneidad, del candor y del instinto. Su voz, visceralmente vivencial, construida a partir de las impresiones recibidas de su permanente contacto con la naturaleza, tiene la fuerza indomeñable de la autenticidad, la energía telúrica de la voz de la tierra. Según nos cuenta Álvaro de Campos, recibió tan sólo la enseñanza primaria, y se pasó casi toda su vida en una finca de Ribatejo, ajeno a todo salvo a la luz unánime del día. Alberto Caeiro se opone radicalmente a todo sistema filosófico, puesto que cualquier filosofía parte de unos principios que enturbian la pura contemplación de la realidad: "No es suficiente no ser ciego / para ver los árboles y las flores / es necesario también no tener filosofía alguna / con filosofía no hay árboles: hay ideas tan sólo".
Fernando Pessoa (Lisboa, 1888-1935), el más complejo y quizás más importante poeta europeo del siglo XX, se ganó la vida como redactor de correspondencia extranjera para empresas comerciales, traductor y vendedor de horóscopos. Escribió parte de su obra en inglés (vivió en Suráfrica en sus años mozos), obra que se desplaza magistralmente de la vanguardia al clasicismo por un afán de "ser todo de todas las maneras". A lo largo de sus cuarenta y siete años de vida, Pessoa "asistió, de lejos, desprendido, ligeramente sonriente, a las cosas que suceden en la vida, pero sin mezclarse en ellas". Desdeñoso de la fama -"cosa para actrices y productos farmacéuticos"- propuso desde siempre lo que él llamó una "estética de la abdicación", en la que Pessoa incluía no sólo "la posibilidad de bienestar material" -su objetivo económico explícito consistía en ganar, como máximo, "sesenta dólares mensuales; ni uno más"-, sino todo el sistema de relaciones humanas, desde el amor a la amistad, convencido de que el hecho divino de existir no debe asimilarse al hecho satánico de coexistir.