El lenguaje de los sentimientos tiene su gramática. Conocer sus reglas y aprender a aplicarlas resulta indispensable para:
- Evitar comportamientos repetitivos que nos hacen fracasar en nuestras relaciones, una y otra vez.
- Responsabilizarnos de nuestros actos y sentimientos, sin necesidad de señalar culpables ni sentirnos víctimas de las circunstancias.
- Convertirnos en la persona que deseamos ser, cambiando actitudes, hábitos y pensamientos.
- Comunicarnos de forma efectiva con los demás, aprendiendo a conectar con sus sentimientos.
Todo esto nos ayudará a convertirnos en personas que conectan con sus emociones, disfrutan con los retos y atienden a los impulsos de su corazón.
La frase de Pascal, "el corazón tiene razones que la razón no comprende", se ha convertido en axioma popular. Sin embargo, necesitamos entender las razones de nuestro corazón si no queremos vernos arrastrados por el automatismo de los instintos y el torbellino de las emociones reprimidas.
Las actitudes violentas, los accesos depresivos, los miedos irracionales y las crisis nerviosas son síntomas de parálisis emocional, de una incapacidad de acceder a nuestros verdaderos deseos y sentimientos. No obstante, existe una gramática emocional que es posible aprender y aplicar en todas las facetas de la vida. Este libro nos enseña a desenterrar nuestras auténticas necesidades afectivas, a detectar nuestras carencias y a resolver con eficacia nuestros conflictos emocionales.
El desafío del nuevo milenio es crear una sociedad más abierta y comunicativa, formada por personas que sepan escuchar, colaborar y relacionarse unas con otras. Y para responder a este desafío, los elementos clave son la inteligencia del corazón, la inteligencia de las emociones y las relaciones humanas.