Miguel Hernández, genial epígono de la Generación del 27, es un poeta solitario que se forja a sí mismo, exponente máximo de un autodidactismo sorprendente. Su poesía es como un niño que nace de la lectura de los clásicos, en la Arcadia feliz de su infancia; crece en una poesía de léxico culto, en la que late una Naturaleza magnífica, en la que la luna, el toro, la navaja, el rayo, el pozo?, cobran un valor simbólico; se convierte en adulto con la llegada del amor, para salir de sí mismo en el período de madurez y cantar las grandezas del pueblo y sus necesidades, y terminar apagándose como la llama vacilante de una vela, en su Cancionero y romancero de ausencias, donde el poeta habla del amor, la vida y la muerte. Desde esta perspectiva de su evolución, analizando el recorrido que el poeta realiza desde lo popular a lo culto para regresar a sus orígenes, nos ofrece esta obra no sólo los poemas más conocidos del poeta oriolano, sino otros textos igualmente significativos. La edición se completa con una introducción, secciones de Documentos y juicios críticos, Orientaciones para el estudio de la poesía de Miguel Hernández, cuadros cronológicos y las útiles notas explicativas, como es habitual en la colección.