Entender los acontecimientos que tuvieron lugar en el mes de julio de 1997 ante el secuestro y posterior asesinato de Miguel Ángel Blanco, o encontrar claves explicativas del anuncio de tregua indefinida de ETA en septiembre de 1998, requiere conocer los cambios producidos en la sociedad vasca. La propia idiosincrasia de los hechos prescribe un análisis sin el apasionamiento inevitable de quienes están próximos a los mismos, sino desde las posibilidades interpretativas del investigador social. La salida del silencio es ya un hecho, ocurra lo que ocurra, la movilización social, iniciada por Gesto por la Paz, ha activado una cadena de efectos acumulativos, que nos ubica, irremediablemente, en un escenario distinto. La resolución del caso vasco requería de una acción a tres bandas: política, policial, pero también, e inevitablemente, social. Este aspecto, no estudiado hasta la fecha, es analizado en este texto y expuesto con un lenguaje asequible a la par que riguroso, que permite comprender el proceso y sumergirse en los aspectos más emocionantes del mismo. En él se muestra que, más allá de las acciones institucionales y de las decisiones de las elites, es en las relaciones cotidianas, en la convivencia de barrios y pueblos, donde surgen complicidades o se deshacen lealtades que propician tanto el sustento de la acción armada como el desapego de la misma. En la vida diaria se desenreda la madeja que envuelve y protege la acción violenta, dado que es precisamente en esos contextos donde cuajó una red sólida de apoyo, sin deterioro de la cual no caben soluciones. El compromiso constante y tenaz de muchos vascos nos sitúa ante un escenario radicalmente nuevo. Pero tan fructífera ha sido la movilización liderada por Gesto por la Paz, como la que se organiza en el seno de la izquierda abertzale en contra de la violencia, protagonizada por Elkarri. Este libro presenta un estudio inédito de la transformación de la izquierda abertzale en los últimos años y de la disidencia de Herri Batasuna. siguiendo las vivencias de sus protagonistas. Es precisamente ahí donde se ha generado una frontera en movimiento, una frontera que paulatinamente ha ido desplazándose hasta llegar a un punto de no retorno. Sea cual fuere el desarrollo de los acontecimientos en el futuro, es difícil creer que la acción armada pueda recuperar el sólido entretejido social que permitió su mantenimiento. De ella, muchos vascos anónimos son, ineludiblemente, los protagonistas.